Durante mis años de maestra me topé con aquellos amores más puros e inocente que cualquier mujer puede encontrarse: el de los alumnitos que se enamoran de la maestra.
Tuve toda clase de admiradores, desde lo que nos llevamos pocos años de diferencia de edad, hasta los que eran unos críos que podían ser mis hijos.
Las expresiones de dichos enamoramientos eran tan variadas y creativas como se puedan imaginar, por ejemplo, había un niño que me escribía las cartas de amor más preciosas que cualquier hombre adulto deseara poder redactar a su objetivo... (por si alguno necesita asesoría, ese niño se llamaba Marlon, búsquelo), también había uno que era atacado por un su sonrojamiento cada vez que le dirigía la palabra y no soltaba ninguna él porque se le atascaban en alguna parte de la garganta y el pobre parecía mudo durante los 45 minutos que duraba la clase (ese pobre niño sufrió dos años seguidos conmigo).
¿A qué viene el recuerdo colegial de alumnos enamorados? Bueno, esta tarde esperaba a alguien en un restaurante de comida rápida cuando vi que un muchacho, bien vestidito y peinadito, solo de verlo se sabía que olía rico... me estaba viendo. Mi instinto huraño fue hacerme la maje y no hacer contacto visual, pero su insistencia en verme era tal que me tenía un poco encachimbada el peso de su mirada. ¿Qué ondas?, pensaba yo.
El muchacho, en realidad, muy joven, no pasaría de los 20... y aquella mala maña de la autoestima tirada por los suelos no me permitía pensar que yo le atrajera, algo que si estoy segura que no soy es una cougar. Estaba a punto de levantarme, porque la persona que esperaba no llegaba y además ya me tenía china el cipote, cuando se levanta él y llega a mi mesa.
- ¿Ud. es Karla?
- o_O... sí...
- ¿No se acuerda de mí? (si supiera el pobre que anantillos me acuerdo de lo básico en mi vida)... soy Fulanito, me dio clases en el 2004.
- o_O... hola! ¿cómo estás? (malditas convenciones sociales) ^^
- Bien... ¿puedo sentarme? (y ya había posado sus posaderas en la banca frente a mí)
Encontrarme con exalumnos no es algo raro, solo que a este no lo ubicaba para nada, en dos patadas me contó que estudiaba economía, que se había graduado del colegio y que ... oh sorpresa... no tenía novia.
- Mire, usted no cambia nadita... (¬¬) siempre quise saber cuántos años tiene (o_O)
- Ya varios... (ah... la juventud tan intrépida y a estas alturas ya estaba calculando cómo zafarme de su compañía)
- Pero es que no se le notan (casaquero!) y le voy a confesar algo... siempre estuve enamorado de usted. (>_<)
En la siguiente escena iba yo para la salida a toda velocidad, luego de inventarle cualquier excusa al cipote porque ... lo que usted no sabe, querido lector, es que el alumnito ya había echado cuerpo y no estaba nada mal, tenía cara de no ser tan inocente ya... y no vaya a ser...
... Permisito...
3 comentarios:
Jajaja.... cosa seria vos Karla, me vas a dar el secreto.
Callate!!
>_<
jajajaja muy simpática su experiencia, pues sí al parecer el muchacho ya no es tan inocente u.u
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