jueves, 21 de enero de 2010

Las flores de mi casa

No creo mucho en primaveras, de hecho nunca he vivido una... gracias a que en nuestro país se resume a dos estaciones: seca y lluviosa.

Pero hoy por la mañana me fijé en algo, el jardín de la entrada está bien florido, ahí encontré a Sebastian señalando con su dedito índice unas orquídeas color morado que se han apoderado del tronco de un árbol, me alegró ver que a mi sobrino le gusten las flores, éstas son realmente espectaculares, mientras daba saltitos y las señalaba decía "mami Martha, mami Martha" nombraba a mi madre, tal cual él la identifica, pues no le dice abuela. Esto me sorprendió pues no sabía que Sebastian ha notado que las flores favoritas de la niña Martha son las orquídeas. "tenés razón" le dije mientras lo alzaba para que pudiera verlas de cerca, "son igualitas a tu mami Martha".

Esta casa donde abundamos las mujeres, donde somos amplia mayoría, la gente que nos visita o que nos conoce, podría decir que mi madre es como una orquídea, exotica, altiva y bella... aislada de los demás, pero muy dependiente de otra planta para poder vivir (no me mal interpreten).


Mi querida Gabriela sería como las hermosas rosas color escarlata, esas que se dan en ramillete festivo, ciertamente esta niña-adolescente manifiesta su naturaleza delicada y rodeada de espinas para que nadie trate hostigarla.


En cambio Lorena, la mamá de Sebastian es como las flores del San Jorge, una campánula que ahora está brotando como plaga por todos lados. Como ella, esta flor es abundante y social, le agrada estar rodeada de otras flores y tiene un tono anaranjado que le levanta el ánimo hasta el ser más triste de estos lares.


¿Qué tipo de flor sería yo? No lo sé, quizá otra persona sea la encargada de verme desde fuera y decir qué flor sería... pero para mí misma... yo sería de esas flores silvestres que he visto en la carretera rumbo a Santa Ana, nacen en los lugares más inverosímiles y no se han de sentir tan cómodas que digamos en jardines regados constantemente y su crecimiento no depende de abonos ni mimos, no son glamurosas como las orquídeas, ni bellas como rosas, son más bien solitarias y no nacen a montones como las san jorge, están ahí, viendo a los transceuntes pasar, de un lado para otro, mecidas por la brisa y esperando a que la estación lluviosa regrese.


Las flores me gustan, me gusta asignarles una personalidad o acomodar mi personalidad a una en particular... vi cómo Sebastian probó tener la misma tendencia.... y espero que siga disfrutando de todas estas flores que lo rodean.

2 comentarios:

iba pasando dijo...

Las flores silvestres pueden pasar desapercibidas para muchos, curiosamente son las más efectivas en tratamientos medicinales... en el campo uno no suele acostarse entre rosas u orquidias, pero descansa muy bien entre flores silvestres (^_^)


Pd. hay una flor que contiene el número dorado "Phi" número de la proporción "divina", 1.618.Esa flor es mi favorita

KR dijo...

:P

Ha de ser especial esa flor, no tanto por lo de divina, sino porque captó tu atención... ¿cuál es?