Dice mi hermana que soy demasiado pasional y que en eso radica mi perdición.
A veces le he dado la razón, pero no le digan porque luego, luego... anda presumiendo que me conoce demasiado. ¬¬
Lo que a veces me sucede es que tengo demasiada energía y tengo que ponerla a trabajar porque sino corro el peligro de convertirme en un ser acomodado y flojo. Todo está en encontrar en qué poner mi pasión.
Por supuesto, esta tal pasión no solo se queda en cuestiones laborales, cuando me propongo algo en el plano personal no descanso hasta alcanzarlo.
En el camino me he encontrado con otros pasionales, unos ponen sus pasiones en los deportes, política y, más de alguno, en la religión. Lo que me lleva a pensar que yo soy como pasional desperdigada, porque ninguna de esas áreas me atrapa, bueno, la política un poquito nada más.
Lo ÚNICO malo, es que cada vez, los pasionales somos menos... el tiempo no está como para andar aguerridamente persiguiendo quimeras y la mara prefiere vivir en la mediocridad... es una suerte encontrarse con algunos pasionales y no sentir tanta soledad.
Porque sí, son malos tiempos para los pasionales y los solitarios.
1 comentario:
Es bueno ser pasional, pero también tiene sus problemas: casi siempre uno pone más esfuerzos que el resto y eso nos lleva al "cansancio de los justos"; además el bajón de ánimo si las cosas no fluyen como uno quisiera es muy grande.
Pero igual vos seguí poniendo tu pasión en lo que te interesa, eso es mejor que no ponerla en nada...
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