lunes, 18 de junio de 2012

Esa horrible sensación

De no querer muchas cosas, de no tener paciencia, de no apreciar el amor familiar.A la única conclusión que puedo llegar es que soy una mala persona o que al fin han logrado enloquecerme.

Y no hay peor cosa que los domingos en los que decido no trabajar, porque entonces me enfrento a esa dimensión que no logra hacerme sentir parte de una familia... y por más que intento no decir lo que pienso o lo que siento, para evitar conflictos internos, ella me persigue por toda la casa, buscando que le conteste con el cinismo por delante y tener la magnífica oportunidad de hacerme sentir pura mierda.

Y yo me levanto, huyo, me encierro, leo, busco historias, bajo datos, me voy a duchar, pienso en el agua que cae sobre mi cabeza y se desliza por mi piel, mientras aún escucho su voz diciéndome que soy una ingrata, o que no me entiende, que busque la manera de ser una mujer socialmente aceptable, que siente que no me conoce, que siente que ya no soy su hija y yo le muestro a mi madre mi cara de piedra, inmisericorde y con cada una de las sílabas se lo hago saber: me voy el miércoles.

Y su rostro detenido en seco, sus ojos grandes... su tanatada de preguntas que quieren salir de su garganta... y yo solo le digo: "te lo he dicho con tiempo y sí... me voy sola, no necesito de nadie para irme de aquí".

Y cierro la puerta de mis sentimientos tiernos para con esta mujer que desde hace tiempos me pide más, me pide más tiempo, más comprensión, más entrega familiar. "Yo he cedido muchas cosas" dijo, y yo, su mala hija, le dije con una mirada todo lo que las palabras quieren resonar en el aire... "cediste porque tenías que ceder, yo no he fundado ninguna familia propia, no tengo porque ceder más con ustedes".

Y soy un monstruo y soy una cínica, soy una ingrata... y me alejo de la ternura que no logro darle desde que empieza a gritar, y mi corazón quiere explotar de una vez por todas y mi garganta quiere gritar, tal vez así... y solo así... logre acallar a mi cabeza. 

1 comentario:

iba pasando dijo...

Esas son las consecuencias de ir patiando los 40 y no salir del nido materno.