domingo, 31 de enero de 2010

Soñar

Dormir y soñar fuera de mi cama siempre ha sido particularmente extraño. Quizá mi mente sabe que no estamos en nuestro espacio habitual.

El descanso al fin me llegó en cama ajena, dormir luego de una jornada tensa y cansada fue un prodigio bien merecido y disfrutado.

Mientras el remanso azul me mecía soñé. Más que un sueño bien estructurado, fue una secuencia de imágenes no tan comprensibles arremolinadas con esta canción que me encontró allá por 1994 cuando tener 16 era una infamia y mi mayor crimen era escribir poesía erótico-religiosa. Nada más.

El mar no cesa, no cesa mi mente, ni mis sueños retorcidos, tampoco cesan mis días de carreras, mis ganas de seguir aprendiendo; no cesan mis impulsos, ni mis frugales e inquietas ideas de encontrarte nuevamente... en un día no muy lejano, observándome mientras salgo de mis sueños.




El mar no cesa
Es tal el vacío insostenible
La letal desidia que amenaza
Y siento por momentos la ausencia de ti
Carente de todo
Disidente de nada
Muero por impulsos de agonizante grillete
Aprisionado por injustas manos

Miro mil puertas
Están abiertas a la oscuridad
Están abiertas a la oscuridad

Méceme con el impulso de tu risa
Arranca mi máscara de tragedia
Y que ventee el huracán mis telarañas

Carente de todo
Disidente de nada
Muero por impulsos de agonizante grillete
Aprisionado por injustas manos

Miro mil puertas
Están abiertas a la oscuridad
Están abiertas a la oscuridad

2 comentarios:

Anonymous dijo...

Me alegra que hayas podido soñar mientras contemplaba tu sueño... quise interrumpirlo como no tienes idea, pero ya sabía de tu jornada intensa de trabajo. Así que te dejé hasta que la fuerza de voluntad ya no pudo más.

KR dijo...

Gracias por dejarme descansar junto a ti, despertar y ver tus ojos fue lo mejor.