Odio la navidad... lo siento por la falta de tacto ante la declaración, pero es que es cierto, detesto la época... no tanto por la festividad en sí, sino por el barullo, el gentío y las trabazones a la orden de cada día... la gente se atonta y se apendeja queriendo comprar de todo y darle muerte lo más rápido posible a sus ingresos de este mes (llámese aguinaldo, vacaciones y bonos extras)... digo... ta bueno... "cada quien hace de su culito un florero si quiere" decía mi jefe, pero por qué no hacerlo de la manera más ordenada y silenciosa posible??? digo yo... hasta se disfrutaría más el traumático proceso de las compras.
Bueno, el asunto es este... hay actividades propias de este tiempo que si me gustan: cocinar la cena navideña y... arreglar regalos... increíble pero cierto, me gusta envolver regalos.
Como la economía no está como para andar regalando a la garduña, preparé mi lista de "bienportados" y fui asignando (según credo, edad y raza) un presente. Algunos son más significativos que otra cosa, pero espero que dichas personas sepan apreciar el detalle, en fin... desde hace días he andado "recolectando" los presentes y envolviéndolos, me gusta envolverlos yo... YO!
¿Por qué? Bueno, porque así cuido no solo de regalar algo que le vaya a gustar a los bienportados, sino que también me vuelco en cada detalle de la presentación... ah!!! yo he desperdiciado toda una vida en cuestiones teologales y literarias, mi verdadera vocación era la de ser "elfa"... lo sé... mi corazón me lo dice.
Para cada regalo pienso en el color, la textura, los detalles y me imagino la cara que pondrán las personas que los recibirán esos paquetes, no solo cuando descubran el misterio contenido en tan hermoso paquete
(^-^) me fascina!
Hoy entregué el primero, era azul... ah... un azul oscuro hermoso... con listones de tela en degradaciones de azules y con un solo listón blanco que hacía amarre de todos y cuentas de cristal que yo misma ensarté en un hilo de plata... y tas!!! que con lo apurada que salí de la casa... que se me olvidó la tarjeta!!! ni modo... :-(.... pero ver que el "bienportado" le tomó una foto porque le gustó cómo se veía antes de abrirlo, le di a mi corazón de pollo una pastillita de alta autoestima...
Ya tengo (casi) todos los regalos... solo me faltaban los de Sebastian... es que para eso de escoger juguetes soy más lenta... porque resulta que quisiera regalárselos todos... todos... TODOS!
Emilia lo sabe... no es bueno que yo vaya a una juguetería, tengo que ser acompañada por personas cuerdas y congruentes que me detengan en mi loco impulso juguetil... hoy me acompañó mi mamá.
Resumen: Primero recorrí toooooooda la juguetería, mientras tanto, hice elección de 5 opciones...como el presupuesto no me daba para las 5 opciones, descarté dos... me quedaban 3... y dice Cristo a padecer!
Se supone que si alguien te acompaña a hacer compras es para escuchar sus opiniones ¿o me equivoco? no vea... a pues mi madre no me fue de mucha ayuda... creo que en el fondo ella deseaba que llevara los tres regalos... pero no, por cuestión de educación y de economía no se le puede dar de todo al niño... como no me dijo cuál prefería ella, elegí yo... el juguete pedagógico siempre será para mi indispensable y útil, algo que le ayude a desarrollar sus capacidades intelectuales y motoras. Punto!
Ya había pensado que el regalo de Sebastian no requeriría un empaque tan elaborado, los niños son así... ROMPEN absolutamente todo en la prisa de ver qué hay dentro del empaque, así que luego de hacer una laaaaaaaarga cola para pagar, fui a hacer una laaaaaaaaaaarga cola para que lo empacaran, no iba a llegar con el juguete chulón a la casa, nononono...
Luego de 15 minutos de la segunda cola, recordé dos cosas: odio el apelotamiento de gente, más si hay muchos niños al rededor haciendo bulla y "la vida es una cola" frase utilizada en el colegio cuando hacíamos cuenta del tiempo que perdemos haciendo colas (En el banco, en la u, en los super's, en todos lados!)
¿Y mi mamá? Bien gracias, sentada en un enorme sillón rojo al fondo del pasillo, que sospecho que estaba destinado para Santa Claus y que ella destronó en franco golpe de estado. Ahí la encontré luego que una "elfa" juguetona me empacara el regalo bello y educativo de mi sobrino.
Entonces sucedió! "acompañame a hacer otras compras" ay no... tuve que hacer de tripas corazón y acompañar a la mujer... no pude zafarme... TRES HORAS,.... TRES HORAS... para comprar un tan solo regalo... vieran qué feo sentí... y aun siento... dolor de rodillas, haciendo cuentas... he pasado de pie más de 8 horas este día... vieran qué feo... (¬¬) es cuando recuerdo... que ODIO LA NAVIDAD. Ahí están los regalos, debajo del árbol... esperando a que Sebastian los abra el 25 a medianoche...solo espero ver su rostro de sorpresa y alegría, es lo único que puede salvarme de este estado grinch permanente.
2 comentarios:
El color azul oscuro del empaque fue un toque único. pero la chonga!!!! Te acordás que te dije, me gustaba el muy empaque!! me sentía mal abrirlo y violar tan inmaculada presentación. Pero así debe ser. el interior aunque era blanco y gris encerraba la esencia del presente. Un libro con un tema interesante.. luchando contra mi libro electrónico. Espero llevarlo avanzado antes de nuestra siguiente reunión. Se le agradece niña!!
Feliz solsticio de invierno estimado
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