domingo, 12 de diciembre de 2010

"Quedemos así"

Nos íbamos a encontrar a las cuatro de la tarde en el lugar menos pensado para nosotros dos, pero tan común para el resto del mundo. Odio el tumulto de gente.

Al llegar todo estaba desierto, el parqueo vacío... la gran puerta para el paraíso del consumismo estaba cerrada, una gris y fea cortina de hierro resguardaba los miles y miles de regalos de navidad... eran las cuatro en punto y no había señales de tu presencia. 4:08 y empecé a impacientarme. Odio esperar.

"Le voy a llamar" pensé, agarré mi celular... ese que cambio una vez al mes, según vos porque lo pierdo a cada instante. Me he prometido que este me durará al menos lo que me duró el que murió en mayo... dos años. ¿Por qué no habrás llegado? si sos bien puntual y si te atrasas.... pues mandas un mensaje o llamas para avisar. Ni modo.. llamaré.

Uno tono, dos tonos, tres tonos... cuatro tonos... cinco... seis... siete... "Su llamada será enviada al buzón de voz".... piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... "ya estoy acá, dame señales de vida"

Qué raro este tiempo... la última vez que te vi vos estabas un poco a la defensiva, yo estaba... no sé ni cómo estaba... un par de cervezas me habían relajado, a lo mejor por eso no me sentí intimidada, pensaba en reclamarte algo en concreto... no me gustó que tocaras temas que son exclusivos de las personas que yo considero queridas... con personas que... en realidad no me importan. Pero qué va... ya pasó...creo que en el fondo no quiero buscar un conflicto contigo, si llegara un tiempo de batalla no sé cómo quedaría el marcador. Odio mi ser vengativo.

4:19 p.m. y no llegas... algo te habrá pasado, de no ser así ya habrías llamado luego de oír mi mensaje... qué pura mierda preocuparse por la gente, y no lo digo por la gente... uno no puede controlar las circunstancias, pero ya me ha pasado... cuando se salen de lo "normal" me aflijo y no puedo controlar la aflicción... me entra una ansiedad fea, como si esperara lo peor... es una babosada! Odio ser pesimista.

a las 4:24 sonó/vibró mi celular... eras vos.

- Hola vos
- Qué ondas, te estoy esperando.
- Tengo una emergencia.
- ¿Qué pasò????? (sabía que algo te había pasado)
- Estoy en el hospital
- ¿Qué te pasó?????? (ay no!)
- No soy yo... es mi mamá, se ha puesto mal
- En qué hospital están, voy para allá...
- No.
(WTF????)
- Por qué??
- No quiero molestarte.
- No es una molestia para mi , dejame que te acompañe
- Me da miedo...
- ¿Que llegue?
- Que ella muera
(Nada puedo decir ante tu voz quebrada, nunca te había escuchado tan triste, solo siento un dolor en el pecho, no me gusta que tu mamá esté enferma, no me gusta que vos estés tan triste)
- Voy para allá - te digo mientras escucho tu respiración pesada que intenta retener el quebranto de tu voz.
- Está bien
- Llego en un rato.

Al terminar la llamada y levantar la mirada... todo, como arte de magia, lleva su curso normal... el tumulto de gente se ha materializado, el parqueo escupe carros por doquier... el ruido, el trajín... todo es una vorágine autocircular... me marea... veo mi reflejo en una vitrina... estoy ahí de pie, con mis tenis, mis desubicadas camisetas, mis jeans viejos... soy la misma y ya no soy igual. Pestañeo... tengo que llegar donde vos estás, empiezo a caminar a la parada de buses. Llega el bus, lo abordo, pago mi pasaje y en el momento en el que me siento suena/vibra mi celular de nuevo, sos vos...
- Tuve que hacerlo - fueron tus palabras.

Cerre los ojos tratando de visualizarte en ese momento en ese pasillo del hospital, esperándome.
- Vení, por favor
- Ya voy en camino.

Al abrir los ojos... todo estaba oscuro, el frío me envolvía y seguramente vos estabas ya en tu casa, mientras yo me levantaba a escribir.

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