martes, 3 de marzo de 2009

Corrección "Moderada"

Desde hace unos días ando escuchando esto de la discusión de los diputados sobre el castigo al castigo físico en los hijos.

Yo no tengo hijos, lo más parecido a un hijo es Sebastian y mis hijos putativos que ya son adultos... pero sin embargo durante más de 10 años fungí en algo parecido a la docencia. Y dentro de mi entorno familiar y en el entorno colegial escuché, ví de primera mano y constaté casos concretos de violencia contra menores en aras de la educación y la corrección. Casos llenos de golpes, moretones, torceduras, pellizcones, quemaduras, contusiones, quebraduras de huesos, jalones de pelo y de orejas... casos llenos de dolor.

Hoy leí el desenlace de toda la discusión, que al final... quedó en nada... como siempre.

Es lamentable. Para mí es lamentable que incluso palabras dichas en otros contextos y bajo otras líneas culturales, tomadas de la biblia justifiquen (nuevamente) la aplicación de "la vara de la corrección".

El dolor no es algo natural en la infancia. No lo creo. Es más, ya de adultos nos protegemos de todo tipo de dolor en favor de una vida tranquila y placentera. Si nosotros que somos adultos... hacemos eso... ¿por qué es pensable que un adulto pueda infringir dolor a un niño o una niña?

Yo conozco cipotes (de todas edades) que son un caso terrible de mal comportamiento... pero son eso... cipotes, se supone que debemos formarlos, no deformarlos.

Alguien me dirá: "vos porque no tenes hijos, no sabes"... a lo mejor, a lo mejor mi poca paciencia sería insuficiente y se me calentarían las orejas de la cólera, pero igual eso me pasa también con los adultos... más con los adultos, como me pasó con el troglodita que se cruzó en mi camino esta mañana, troglodita que, mínimo, tendrá unos 35 años.

Me quedé pensando en los hijos de ese hombre. ¿Cómo serán sus vidas bajo el techo de un hombre tremendamente violento (verbal, psicológica y físicamente)? No me extraña que ellos y su mamá estuvieran pasando consulta médica por "golpes accidentales"

Y bueno, yo a la teología le tengo respeto, lo que me provoca náuseas son las interpretaciones ligeras e irresponsables, como las dichas por supuestos dirigentes religiosos... me gustaría que les "cayera la vara de la corrección" a ellos, por andar metiendo a Dios en asuntos meramente humanos y rastreros como los golpes, el dolor y el sufrimiento.

Algunos hablaron hasta de "generaciones perdidas" fuera de nuestras fronteras, gracias a la existencia de leyes en contra del castigo físico... castigo que lleva una carga emocional, psicológica y afectiva. Ahora resulta que todo el resto del mundo, bueno, que el Primer Mundo es el infierno de la moral y la ética... y que sus niños y jóvenes son el diablo en chiquito, solo por no ostentar más de algún golpe en la piel. Y ni tanto... porque también hay maltrato infantil en esas naciones descarriadas. Solo que allá si se castiga al que se debe castigar... al energúmeno adulto que agarra de "pushing bag" al más débil.

¿Qué es una nalgada "moderada", Sra. Diputada retractora de sus propias palabras?

El asunto me había parecido ya una discordia más para mi hígado, hasta que leí lo que dijo el Procurador... que en medio de toda esta basura de discusión... dijo algo sensato: "Los adultos sí tenemos leyes que nos protegen de agresiones físicas. Pero nosotros podemos agredir a los niños.” Luis Salazar, procurador de la Niñez, tiene, momentaneamente, mi respeto.

Don Luisín... invitó —“con todo respeto”- a las iglesias evangélica y católica a que hagan un debate teológico sobre la verdadera interpretación de “la vara” en la Biblia.

Esta jodido que querramos joder a nuestra propia carne y sangre, ¿no cree? Lo más jodido es que así seguirá...

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