Marzo me gusta, es un mes que, aunque hace mucho calor, es de mi agrado. En mi gusto temporal, Marzo es el antónimo del horrible Agosto.
Siempre recuerdo Marzo por sus acontecimientos buenos, los malos pues... han sido nada más cosa de dos Marzos pasados, sin embargo no opacan a los otros 29 Marzos en mi haber.
En Marzo, en las dos únicas ocasiones, me enteré que sería hermana de alguien, es decir... mi madre me anunciaba la llegada de un "hermanito" que en ambas ocasiones resultaron ser hermanitas: Lorena y Gabriela.
En Marzo, durante 8 años lograba coordinar, en algunas ocasiones con mucha dificultad, la festividad más importante del colegio, cosa que, aunque me hacía presa del estress, me gustaba porque me generaba una autocompetencia de hacerlo mejor cada vez. Reconozco que en algunas ocasiones fue divertida, en otras... no tanto. Pero como me encantaba.
En Marzo, hace más o menos 8 años entré por primera vez a un quirófano para que extrayeran de mi corporalidad algo más que malas experiencias infantiles, logré, gracias a ese acontecimiento, reestructurar mis recuerdos de los 7 años cuando perdí algo más que un fantasma familiar. Hoy puedo decir que, aunque a veces se asoman esos recuerdos tan lejanos ya no me son dolorosos o traumatizantes, ahora son solo lo que son... tiempo pasado y en mi tiempo presente iré resolviendo cosas que, como estas... llegarán a ser solo parte de lo que me construye como persona.
En Marzo siguen cumpliendo años personas muy queridas para mí, quizá sea que me encontré gente que nace al inicio del año que logra ser parte fundamental de mi vida... no discrimino a los de mediados de año y final, pero casualmente... la mayoría rondan su conmemoración de natalicio en estos meses iniciales. No creo mucho en el horoscopo. Me gusta pensar que coincidimos gratamente.
Marzo me gustaba también porque iniciaban las clases en la U... y yo dejaba de tener "tanto tiempo libre", supongo que esa tendencia mía de autoesclavizarme sigue estando presente, pero en menor medida... pero ¿les digo algo? Todavía me gustaría regresar a estudiar de nuevo.
Aunque las condiciones no eran las mejores, en un Marzo, hace dos años... conocí a la Dra. Garay y su interminable paciencia conmigo, sus enérgicas preguntas que me destanteaban y que... para variar, me hacían bravear conmigo misma, con ella y con los acontecimientos recientes. Descubrí la maravilla de la conversación de golpe y como me dijeron una vez mis hijos: "al fin encontraste tu tal para cual... ahora sufre, como nos hiciste sufrir en alguna ocasión a nosotros".
Marzo... marzo... marzo es como un buen hombre. Bello, gentil, tierno y cálido. Quiero "algo contigo" querido Marzo, darte un abrazo cuando me dé calor, darte un besito en el cachete... mirarte fijo y decirte: que bonito estás.
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