lunes, 2 de marzo de 2009

Él

Desde que lo conocí, hace casi 14 años, siempre me pareció un hombre más bien tímido.

Lo conocí un 2 de marzo, como hoy... día de su cumpleaños, pero no crean que lo conocí en la celebración de su natalicio... no, lo conocí cuando llegó al salón donde me daría clases. Se llama Julio Moreira, es nicaraguense, se come las "s" y es jesuita.

Su nombre sonoro y la mentira de otro jesuita nos hacía suponer que era un hombre alto, rubio y de ojos encantadores. Julio es totalmente distinto... solo que si tiene ojos encantadores, un poco ocultos por lentes... Cuando lo vi parado justo en el dintel de la puerta me reí y me di cuenta de la farsa que había construido Danilo Montiel (el otro jesuita) sobre su apariencia. Pero en lo que no mintió, es que Julio es una buena persona.

Ese año me dió "Etica", una materia bastante subestimada a mi parecer en un colegio de tendencia... "intelectual", a mi la verdad, me gustaba su clase, aunque a veces nos daba chance de estudiar o leer antes de la clase de Mate o de Sociología.

De ahí... en el '99, en el último año del siglo pasado... estándo trabajando en el colegio... me informaron que él sería mi jefe.

Nunca en mi vida laboral, en la que he tenido ya varios jefes he tenido un jefe como él, no sé si será el mejor, pero de que me dejó ser... me dejó ser. Sentí su cariño no solo en lo laboral, lo siento un amigo, aunque ahora poco nos comunicamos, pero cuando sucede... ah... tanto... tanto, tanto que lo quiero y que me quiere.

Julio me enseñó mucho más que ética, me enseñó a ver cine con criterio y a ver babosadas de películas, a platicar con los cipotes, a ver caras cuando doy clases, me enseñó de la espiritualidad ignaciana, de encender fogatas y de los instrumentos necesarios para las celebraciones litúrgicas, me enseñó de confianza, de apego y de solidaridad. Cuando dijeron que se lo llevarían... junto con un grupo de cipotes, amenazamos con hacer huelga de hambre en señal de protesta. Nunca lo hicimos, pero fue después cuando, al menos yo, comprendí que los afectos no tienen que ser desordenados.

Hoy anda por Nicaragua... dicen que está bien... le he escrito un par de veces, a veces me contesta, a veces no, pero sé que no es por dejadez... él es así y así lo quiero.

Feliz Cumpleaños Julio Enrique.

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