Son un montón
Los cuento por decenas... y algunos de ellos andan en vueltas de querer reproducirse y hacer que más de una mujer añada a sus apellidos originales el de ellos.
Me caen bien, son mis tíos y mis primos, primas y añadiduras.
Pero hoy voy a recordar a dos en particular.
Anoche fuí a un evento anual, donde siempre suele aparecer su imagen, creo que yo lo vi un par de veces nada más... y hasta que tuve conciencia y escuché su historia... he andado tras sus pasos, para tratar de rescatar una faceta importante en la historia familiar paterna.
Se llamaba Ricardo, era moreno, alto y (porqué no decirlo...) algo feyíto... pero tenía un atractivo cautivador que compensaba. Tenía como mi edad cuando lo mataron. Era parte de una célula del ERP en aquellos agitados años 80's. Amó profundamente a una hermosa mujer, tengo una foto aquí conmigo, aparece él sentado sobre unas cajas de gaseosas, y sobre sus piernas y abrazada a su cuello está ella. Nunca supe su verdadero nombre, dicen que ahora está viviendo en México y hasta se rumora que tenemos un primo nacido de este amor. Ella también era "guerrinche" y cuando se casaron, cuenta mi papá que fueron a la "ceremonia" con los ojos vendados por todo el camino, para que ninguno de los invitados supieran dónde era el escondite de ellos. Aunque mi papá sospecha que se ubicaban en Cuscatancingo... cerca donde ahora vivimos.
Una mañana de inicios del año del '80 hubo un asalto a una casa donde estaban escondidos, eso allá por el Estadio Cuscatlán. Primero la Policia Nacional, quienes descubrieron el lugar, empezaron el "vergaceo", duro y tupido, la célula, que eran 3 ó 4 resistieron bien y uno hasta logró salir y huír... ya iban los demás de tras del primero cuando llegó un grupo de la Fuerza Armada. Nunca salieron.
Fueron 8 horas de combate, resistiendo a pura bala y un par de bombas hechizas, pero no fueron suficiente contra el armamento de los contrarios.
Murieron todos. Una versión dice que al ver la eminente entrada del enemigo al recinto todos acordaron usar la última bala que tenían en sus armas y automandarse al otro mundo. Suicidio. La otra versión indica que murieron en el último repunte de balas. Lo que estaba claro es que Ricardo Stanley Quintanilla Herrera tenía una bala alojada en su cabeza, con orificio de entrada en el parental izquierdo y sin orificio de salida.
"Todo cambió desde entonces" me dijo anoche mi papá. "Tu abuelo desde ese día cambió"
Ramón Quintanilla fue mi abuelo, el papá de mi papá. Lo conocí un día cuando yo tenía 6 ó 7 años, nunca había preguntado por mi abuelo porque creí que Papingo era el papá de mi papá, ese día, luego de un par de preguntas inocentes descubrí que Papingo en realidad era tío de mi papá.
Jamás he visto a una persona tan parecida a mi papá, mi primera reacción al verlo ahí de pie, junto a Yolanda Taura fue de susto... creí que mi papá tenía un "doble". Gracias a la gestión psico-histórica-emocional que hizo mi mamá del asunto... mi papá, quien estaba distanciado de su familia, hizo las paces y nosotras entramos a una nueva dimensión.
Pienso en él y en su diabetes, en él y nosotros sus nietos y nietas... creo que Lorena y yo éramos las únicas que le decíamos a secas "abuelo", los demás: los Saravia, los Quintanilla y los Romero le decían "papa-moncho
Él era diplomático, me gustaba esa su manera de pedir las cosas sin pedirlas en realidad... por ejemplo: un día que llegó a nuestra casa, estabamos todos juntos, tenía como 12 años entonces... se me queda viendo y me dice "me han contado que haces el mejor café del mundo... ¿es cierto?", me le quedo viendo y le contesto: "no sabía que a alguien hablara de cómo hago café", me sonrió... me levanté y fui a hacerle un café, se lo hice como si nunca en la vida le prepararía uno más.
Nunca más le hice otro café a mi abuelo Ramón.
Murió poco tiempo después de la muerte de la Niña Rosita, su esposa... por supuesto, ella no era mi abuela, pero ese es historia para otro post. Venía de Usulutan en la noche, tuvo un accidente, como pudo llegó a un hospital, pero no lo atendieron a tiempo. Murió de lesiones internas y por complicaciones a raíz de una baja de azúcar, en soledad y acostado en unas bancas de un recóndito hospital nacional de la zona oriental del país. Fue un 18 de marzo...
Anoche nos quedamos hasta la madrugada platicando de ellos dos con mi padre, siento que él los extraña mucho, solo que no habla amenudo de eso. Siempre me pregunta si sé algo más sobre las investigaciones sobre la muerte del tío "Richard", yo le explico que tengo mucho tiempo de no meterle esfuerzo a eso... anoche me pidió que investigara, que pida ayuda, que rescate la historia.
Me dijo: "Tu abuelo se compró una cámara fotográfica bien chiva después de la muerte de Richard, y empezó a tomar fotos de todas las cosas que tenía de él, de su cuarto, de todo, de todo... pero también empezó a salir a la calle y cada vez que sabía de algún enfrentamiento iba al lugar y tomaba fotografías de los restos, de todas las huellas"....
Me pregunto... ¿dónde estarán todas esas fotos? ¿dónde están las almas de estos dos hombres, padre e hijo? ¿dónde descanan sus corazones verdaderamente?
Tengo mucho que hacer. Mucho gusto Richard, mucho gusto Papa-moncho.
Los cuento por decenas... y algunos de ellos andan en vueltas de querer reproducirse y hacer que más de una mujer añada a sus apellidos originales el de ellos.
Me caen bien, son mis tíos y mis primos, primas y añadiduras.
Pero hoy voy a recordar a dos en particular.
Anoche fuí a un evento anual, donde siempre suele aparecer su imagen, creo que yo lo vi un par de veces nada más... y hasta que tuve conciencia y escuché su historia... he andado tras sus pasos, para tratar de rescatar una faceta importante en la historia familiar paterna.
Se llamaba Ricardo, era moreno, alto y (porqué no decirlo...) algo feyíto... pero tenía un atractivo cautivador que compensaba. Tenía como mi edad cuando lo mataron. Era parte de una célula del ERP en aquellos agitados años 80's. Amó profundamente a una hermosa mujer, tengo una foto aquí conmigo, aparece él sentado sobre unas cajas de gaseosas, y sobre sus piernas y abrazada a su cuello está ella. Nunca supe su verdadero nombre, dicen que ahora está viviendo en México y hasta se rumora que tenemos un primo nacido de este amor. Ella también era "guerrinche" y cuando se casaron, cuenta mi papá que fueron a la "ceremonia" con los ojos vendados por todo el camino, para que ninguno de los invitados supieran dónde era el escondite de ellos. Aunque mi papá sospecha que se ubicaban en Cuscatancingo... cerca donde ahora vivimos.
Una mañana de inicios del año del '80 hubo un asalto a una casa donde estaban escondidos, eso allá por el Estadio Cuscatlán. Primero la Policia Nacional, quienes descubrieron el lugar, empezaron el "vergaceo", duro y tupido, la célula, que eran 3 ó 4 resistieron bien y uno hasta logró salir y huír... ya iban los demás de tras del primero cuando llegó un grupo de la Fuerza Armada. Nunca salieron.
Fueron 8 horas de combate, resistiendo a pura bala y un par de bombas hechizas, pero no fueron suficiente contra el armamento de los contrarios.
Murieron todos. Una versión dice que al ver la eminente entrada del enemigo al recinto todos acordaron usar la última bala que tenían en sus armas y automandarse al otro mundo. Suicidio. La otra versión indica que murieron en el último repunte de balas. Lo que estaba claro es que Ricardo Stanley Quintanilla Herrera tenía una bala alojada en su cabeza, con orificio de entrada en el parental izquierdo y sin orificio de salida.
"Todo cambió desde entonces" me dijo anoche mi papá. "Tu abuelo desde ese día cambió"
Ramón Quintanilla fue mi abuelo, el papá de mi papá. Lo conocí un día cuando yo tenía 6 ó 7 años, nunca había preguntado por mi abuelo porque creí que Papingo era el papá de mi papá, ese día, luego de un par de preguntas inocentes descubrí que Papingo en realidad era tío de mi papá.
Jamás he visto a una persona tan parecida a mi papá, mi primera reacción al verlo ahí de pie, junto a Yolanda Taura fue de susto... creí que mi papá tenía un "doble". Gracias a la gestión psico-histórica-emocional que hizo mi mamá del asunto... mi papá, quien estaba distanciado de su familia, hizo las paces y nosotras entramos a una nueva dimensión.
Pienso en él y en su diabetes, en él y nosotros sus nietos y nietas... creo que Lorena y yo éramos las únicas que le decíamos a secas "abuelo", los demás: los Saravia, los Quintanilla y los Romero le decían "papa-moncho
Él era diplomático, me gustaba esa su manera de pedir las cosas sin pedirlas en realidad... por ejemplo: un día que llegó a nuestra casa, estabamos todos juntos, tenía como 12 años entonces... se me queda viendo y me dice "me han contado que haces el mejor café del mundo... ¿es cierto?", me le quedo viendo y le contesto: "no sabía que a alguien hablara de cómo hago café", me sonrió... me levanté y fui a hacerle un café, se lo hice como si nunca en la vida le prepararía uno más.
Nunca más le hice otro café a mi abuelo Ramón.
Murió poco tiempo después de la muerte de la Niña Rosita, su esposa... por supuesto, ella no era mi abuela, pero ese es historia para otro post. Venía de Usulutan en la noche, tuvo un accidente, como pudo llegó a un hospital, pero no lo atendieron a tiempo. Murió de lesiones internas y por complicaciones a raíz de una baja de azúcar, en soledad y acostado en unas bancas de un recóndito hospital nacional de la zona oriental del país. Fue un 18 de marzo...
Anoche nos quedamos hasta la madrugada platicando de ellos dos con mi padre, siento que él los extraña mucho, solo que no habla amenudo de eso. Siempre me pregunta si sé algo más sobre las investigaciones sobre la muerte del tío "Richard", yo le explico que tengo mucho tiempo de no meterle esfuerzo a eso... anoche me pidió que investigara, que pida ayuda, que rescate la historia.
Me dijo: "Tu abuelo se compró una cámara fotográfica bien chiva después de la muerte de Richard, y empezó a tomar fotos de todas las cosas que tenía de él, de su cuarto, de todo, de todo... pero también empezó a salir a la calle y cada vez que sabía de algún enfrentamiento iba al lugar y tomaba fotografías de los restos, de todas las huellas"....
Me pregunto... ¿dónde estarán todas esas fotos? ¿dónde están las almas de estos dos hombres, padre e hijo? ¿dónde descanan sus corazones verdaderamente?
Tengo mucho que hacer. Mucho gusto Richard, mucho gusto Papa-moncho.
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