sábado, 5 de febrero de 2011

Soy una ingrata!

A algunas personas les encanta repetírmelo cada vez que tienen oportunidad, por supuesto nunca les había hecho mucho caso al respecto... digo... no es ellos sean un referente de lo contrario.

A pesar de tener bloqueadas algunas emociones en las últimas semanas, en las cuales me habrían podido colgar un rotulito a la espalda que dijera: "ADVERTENCIA: Relacionarse con esta mujer puede ser contraproducente, entre en contacto con ella bajo su propio riesgo", sucedió que ayer se me terminaron de desmoronar los límites de la impaciencia y la indiferencia.

Resulta que me he reconocido como una INGRATA. Si, además de desagradecida. El año pasado, hasta Septiembre me fue de la mera patada laboralmente hablando, me fui y todo mejoró, cuando aterricé de nuevo solo fue para que me dieran el contrato del trabajo donde ahora estoy. Pareciese que todas las "dimensiones" de mi vida se hubieran intercambiado en ese Septiembre, lo que iba bien, terminó siendo horrible, lo que era horrible mejoró sustancialmente, por supuesto... ahora lo digo y me río, pero en ese tiempo fue el caos total.

Lo importante es que todo va mejor... pero mi capacidad de ver el "todo" no me funciona, me atonto. No es culpa de nadie más que mía. Nada más. No soy visionaria.

Desde el jueves estuve haciendo visitas de campo a varios municipios, bizarramente me gusta enterarme de primera mano de lo que ha estado sucediendo en el proyecto, pero eso implica un poco más de esfuerzos.

El viernes al mediodía estaba ya al borde de la desesperación, me sentía abandonada en medio de la nada, inserta en un infierno candente, moscas por todos lados, el suelo árido, niños panzones, chucos y analfabetas, mujeres idealistas, pero poco instruidas, caminando el largo camino del cooperativismo, hombres borrachos, violentos e irresponsables, jóvenes mareros. ... me estaba quejando de todo... el clima, la pobreza, el polvo, de la poca eficacia de las instituciones, del pendejismo y la alienación, de por qué putas estaba yo ahí y no en mi oficina primermundista... cuando de repente... allaaaaaaá lejos se vio que venía caminando una mujer, a medida que se iba acercando se fue definiendo su imagen, era una anciana, totalmente canosa, con unos zapatos de lástima y con zurcos bien definidos en la piel, producto del tiempo, del clima y el rigor de la vida que ha llevado, traía un bulto que parecía muy pesado, en una cebadera.

Cuando al fin llegó donde estábamos, depositó su pesada carga, con cara alegre (y por qué tanta alegría??? pensaba yo) empezó a abrir la cebadera y de ese deforme bulto empezó a sacar naranjas, hermosas, lustrosas, amarillas, carnosas... me imaginé que tendrían mucho jugo. Me vio la anciana, con una enorme sonrisa me dijo "Mire, señito, le traje estas naranjas para que no sufra de la calor"

Soy una ingrata!!!!!!!

Ni encontré qué contestarle, yo había llegado a su territorio en un carro con aire acondicionado, me pagan por estar ahí, tengo todo lo que desee durante meses el año pasado, tengo todo lo necesario y ella me traía naranjas para que no sintiera "la calor"... y me veía con alegría y cuando puso la primera naranja en mis manos, me suelta: "gracias por venir a ver este rincón". Detesto andar cargando cosas y menos comida, pero luego de ver a esa abuela cargar esas pesadas naranjas no tuve corazón para despreciarselas.

No chillé porque hay que ser macha!

En la noche Héctor me preguntó qué tal me había ido, le conté todo, menos lo de la señora y las naranjas... le conté de mis quejas: polvo, calor, pobreza, violencia, peligrosidad... "imagínese que ellos siempre viven ahí, usted solo va un rato" SOY UNA INGRATA!!!

Me quejo a niveles profesionales, seguramente si este país tuviera una selección nacional de quejistos yo sería parte de ella y traería uno de los primeros lugares en una olimpiada de nefastos.

Les cuento esto mientras me como una de las múltiples naranjas que aquella anciana me llevó ayer... pienso en ella y que bien pudo haberlas vendido, o haber hecho fresco para vender o darles a sus innumerables nietos, tantas cosas que podría haber hecho con ellas... pero no, se las llevó a esta ingrata.

Tengo mucho que aprender de la gente. Tengo que aprender.

No hay comentarios: