domingo, 11 de diciembre de 2011

Alguien tiene que ceder

Pasar un domingo sola, luego ir por la hermana quebrada con todos sus chunches culinarios... llegar a la casa, cocinar y ver a Diane Keaton junto a Jack Nicholson peleando y haciéndose preguntas que yo también me hice en mi última ruptura y reconocerme en esa mujer dura y llorosa a la vez, quien encuentra en cada lugar de su hábitat un perfecto refugio para escribir y llorar y esperar un mensaje que nunca llega.

Yo ya no estoy para estos trotes, no quiero que llegue otro "Harry" y me diga que soy "una mujer a quién amar" pero que prefiere ser un completo imbécil y salir con cipotas.

Pero igual no quiero siempre "autoprotegerme" porque entonces uno logra entender que encontrar piedras negras luego solo de encontrar blancas le cambian la vida a una.

Lo magnífico de la película y de la experiencia no es la relación en sí misma, ni el rompimiento, sino saber que hay otra persona, en algún lugar del mundo, que es la única persona que no te odia, es más, es la única que en realidad te entiende en todo tu complejo ser.

Y bueno, el martes tengo una cita ^^