martes, 18 de diciembre de 2012

Vuelvo a ti,


a tu blancura inmensa,
a tu cuerpo blando de celulosa vegetal.
Vos me recibís siempre,
no te aburrís de mis letras, ni de mis palabras,
ni de mis crisis… no te asustan mis miedos,
me espantas las pesadillas… me aceptas
loca, cuerda, centrada y desmedidamente absurda.

Por eso siempre escribo de nuevo,
porque sos la mejor forma de no olvidar quién soy,
porque no tengo que ser la adulta fría y tajante que me exige el mundo,
puedo sacar a pasear entre las nubes
a la niña que siempre quiero ser.

Vuelvo a ti,
página en blanco,
inmensidad lechosa,
dimensión interminable,
universo fructífero,
cuerpo de hombre,
espalda de volcán.

Mis palabras casan perfectamente en vos
porque no pueden encontrar mejor lugar para narrar
la historia que se ha tejido en mis poros,
no hay otro lugar donde puedan subsistir mis amores
ni portentosa plenitud que logre abarcar mi felicidad,
por eso siempre regreso a ti.
Por eso, siempre quiero escribir.
(090812)

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