Help!

Platicando con alguien me decía que tenía que acompañar a su señora madre a una de esas celebraciones ritualistas propias de las vacaciones que vivimos... caí en la cuenta que mi madre me preguntó esta tarde si iba a ir a misa y le contesté que no. "No". Por supuesto la niña Marthita se me quedó viendo con cara de acongoja combinada con tristeza. Yo huí por la tangente y me fui a leer.

Con los años me voy volviendo más cínica y egoísta. Argumentaba esta persona que no importaba si a él le cayera mal ir a esas procesiones si eso hacía feliz a su madre por un rato. Soy maligna. Descubrí que hace buen rato ya no pienso en esos términos, es decir... si puedo estar pendiente de este clan al que pertenezco, colaborar  en cuestiones prácticas y económicas, implicar mi preocupación por cuestiones de salud y otros etcéteras quizá menos loables, pero eso de pensar en la felicidad que les produce que yo sea practicante religiosa de estas fechas... ya no es conmigo.

Si creo o no, no es el asunto aquí, es poder decir "no quiero ir" sin remordimientos y sin esa enfermiza aceptación del chantaje emocional de "sería feliz si vos hicieras tal cosa" ¬¬

Si siento amor por ellos, pero creo que ya no lo manifiesto como antes. Para mi es tan fácil y básico decirles "No". ¿Por qué a quienes me rodean no les es tan fácil?

Quizá esté yo buscando un alero a mi maldad... o cayendo en la cuenta que la felicidad ajena no depende de mis acciones y/o actitudes y/o decisiones.

Help... cada día mi moustruoso corazón hace estragos.