lunes, 14 de noviembre de 2011

Los que lloraron borrachos por el himno nacional...

dijo Roque... sabía de lo que hablaba perfectamente...

Yo soy poca para expresar ese amor patrio, pero lo tengo, como casi todo tipo de afecto, bien medido y escondido y casi nadie se entera de ello. A veces siento que el país de uno es como un bichito, a veces lo vemos bien chulo, chapudito pero a ratos nos da cólera porque nos está jodiendo la paciencia, le vemos lo feo y lo bonito...

Sentirme parte de un grupo social me es tan difícil, tan extraño...es como encontrar una aguja en el pajar, y yo que odio las multitudes en pocas ocasiones me uno a manifestaciones, pero lo he hecho... he caminado junto a otros y otras... soy hija de un ex-clandestino, de una mujer valiente, a mi bisabuelo se lo quebraron en el '32, los jesuitas afinaron mi sentido rebelde, rojo carmesí, irreverente, fulminadora con una mirada. Un hombre me dijo que soy una mujer tierna. Vaya contradicciones.

Lo que si estoy segura es que cuando algo me enamora, cuando algo me apasiona, cuando me riega adrenalina a la sangre... siento que el pecho me estalla tal cual granada fragmentaria.

Yo no he llorado borracha por el himno nacional, he llorado borracha porque se me perdieron los versos y sentí que las estrellas se descuajaban todititas ante el dolor de haber perdido un amor. Desde aquella noche en la que casi le monto riata a una pendeja no me emborracho, porque el alcohol es solo un aliciente para que toda la fuerza se me vaya a las mano y amenace a muerte a un hombre que me agreda o mandar al cuerno al que no es amado. Yo no lloro borracha por ningún amor desde entonces... no amo del todo, no bebo del todo, no escribo del todo y no vivo del todo tampoco...

Hoy me explicaba un hombre por que es más fácil ser solitario, le he dado la razón en secreto.

Pero ...

En medio de esa mi gana de ser solitaria, de no amar a ningún hombre, ni a esta tierra, ni a nadie... surge esta canción, esta que llegó hace poco, pero que con la sinfónica me ha sacado las lágrimas sobrias, porque si... el amor a la patria es como caprichoso... de vez en cuando lo admito... me gusta la sangre que me heredaron, me gusta el ritmo de mi alma, las alegrías cerebrales, las emociones de mis entrañas, los enojos de mi corazón... me gusta ser salvadoreña, me gusta ser latinoamericana.

Hoy no estoy borracha, pero he llorado escuchando esta, que ojalá que llegue a ser himno de algo.


No hay comentarios: