Resultados óptimos

Ayer fue la presentación del plan de ejecución de un proyecto, pasé trabajando mañana, tarde y noche en eso durante una semana, mi jefa en ese proyecto es un poco más joven que yo, de las dos semanas que tenemos de estar trabajando juntas poco hemos hablado, ya la he sorprendido viéndome con descofianza y pone una cara como si un tufo se ha instalado en su nariz... feo su modo... ¬¬

Pero bueno, como yo ando en modalidad "vive y deja vivir" solo me había percatado de este hecho pero no movió ningún sentimiento en mi, es decir... me había resbalado luego de untarme completamente en mantequilla.

Ayer pasé hablando del diagnóstico, de las pocas factibilidades, de las posibles soluciones, de las expectativas de los pobladores de C. Arce, de mi opinión profesional y por último de la propuesta de ejecución... de 8:30 a 11:30 a.m. con apenas tiempo para agarrar aire y para decir "ajá"o "mjm" cuando alguno de los presentes decía algo... y luego anotaba en mi libretita las sugerencias, preguntas o incongruencias.

Mientras destilaba encanto en mi presentación, estaba ella en primera fila viéndome... no decía nada... solo me veía... al inicio como muy tensa, al ir pasando la información y toda la cuestión, la vi que fue relajándose, hasta cambió de posición, se puso cómoda en su silla y disfrutó la función... digo... la presentación...

Al final, cuando echaba todo en mi cartera para largarme de ahí, tenía que ir a otro lugar a otra reunión y no había almorzado y me moría del hambre... se me acercó. Traía una cara más amigable... "dejame decirte que me parece muy acertado todo lo que propusiste, siendo muy honesta no creí que fueras a poder con la carga de esta semana" (¬¬). No tuve más remedio que esbozar mi "sonrisita de gato" y decirle... "que bueno que te gustó".

Agarré mis chunches y me fui. En el camino caí en la cuenta. Me he metido en un gran huevo.