(o... de cómo esta fecha es inolvidable para muchos)
En el bagaje salvadoreño, esta fecha es memorable por un terremoto, yo recuerdo que esa mañana en el colegio le celebramos el cumpleaños a Juan José Orellana... el que posteriormente se convertiría en uno de mis apreciados amigos y que luego nos perdimos mutuamente por razones sin sentido.
Mi mamá tenía libre ese día, pues había hecho un mega turno en el hospital unos días antes, me dijo... "voy a pasar a comprar un regalito para tu compañerito, te voy a ir a traer al colegio y vamos a ir al Pops a comer sorbete", mis ansias infantiles radicaban en el sorbete ofrecido. Nunca comimos sorbete ese día.
Ella, esa mujer que me trajo sin autorización previa a este mundo, estaba comprando el mentado regalo en la esquina del Edificio Rubén Darío, ubicado en la Avenida homónima. Se salvó de milagro. La vi llegar caminando a la cancha donde nos ubicaron después del sismo, donde con cada réplica mis manos se aferraban a la grama en un inútil intento por detener el movimiento telúrico.
Pero hay otras razones mas familiares para que siempre nos acordemos de esta fecha:
1. La primera vez que mi "alma gitana" se manifestó, esa tendencia a desaparecer, solo agarrar camino e irme, sucedió un día como hoy, en 1980, estaba a punto de cumplir 4 años y dice mi mamá que esa tarde solo me fui. Sin dejar rastro, sin avisar... solo me fui. La pobre mujer casi enloquece (ahora comprendo todo) al no encontrarme en ninguno de mis habituales rincones-escondites. Se alarmó tanto que todos los vecinos se enteraron y se organizaron en una gran cuadrilla de búsqueda, eran tiempos violentos, como los de ahora y vivíamos en una zona conflictiva. Como suele pasar, incluso ahora, aparecí de repente... sin anuncios y sin alaraca... por supuesto mi mamá se alivió, pero no había terminado de entrar a la casa cuando me dio una tunda de antología... (Por cierto que nunca he entendido porqué lo tundean a uno con la excusa de sacar aflixiones, bueno... pero eso es tema aparte). En la noche... cuando me estaba acostando, cuenta mi mamá, me preguntó qué donde había estado y que por qué me había ido... dice (yo no recuerdo, honestamente) que le contesté: Es que vi una nubes bien bonitas y fui a ver de dónde venían, de por allá... :S
2. El 10 de octubre... es el cumpleaños de mi tío Paco... chichipate histórico, el mas degenerado e irreverente de los hermanos Palacios, es casi como un hijo para mi tía Chave, la mayor de todos... siempre, siempre es interesante hablar con él.
3. Hace cuatro años, exactamente... me operaron, me quitaron la apéndice... ahora que lo veo en perspectiva, fue solo la manifestación física de mucho estress y decisiones malas en el colegio... dos meses después, salí de ahí para siempre, con más cicatrices que la otorgada en el MQ. Memorable es el gordo que me encontré en el quirófano... quizá me vio temblando tanto (de miedo y de frío) que le ablandé el corazón y me trató de maravilla, me dijo, en el momento en el que me inyectaban la epidural... "no le va a doler, se lo prometo" y saben qué... me lo cumplió... no sé si fue porque él me sostenía y me transmitió su serenidad o porque me tenía en una posición donde mis nervios no estaban tensos. Nunca supe su nombre, nunca le vi el rostro, pero en medio de tanto dolor... encontrarlo fue bueno.
4. Ese mismo día, a la misma hora en la que yo estaba en el quirófano... asesinaron a Carlos Enrique... un muchacho que creció en el seno de mi familia materna, nunca supimos si fue por equivocación, por casualidad o con intención, pero el hecho es que murió bajo la ráfaga lanzada desde un carro en el Km. 4 de la Carretera a los Planes de Renderos.
Este diez de octubre ha sido tranquilo, sin sobresaltos... me he estado preguntando algunas cosas, pero nada que me quite la paz relativa. Me gusta esta combinación de dieces... no... no me suena a perfección, sino más bien... me da la impresión de que un ciclo terminará pronto.
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