sábado, 23 de octubre de 2010

Las estrellas

Soy escorpión.

Por supuesto cuando me lo confirmaron, porque durante años hubo una seria discusión sobre si era Libra también.... no me gustó.

Es que el ser escorpión es casi portar un estigma, un rótulo en la espalda que, sobre todo a las mujeres, nos deja expuestas al mundo de una manera abiertamente sexual.

Si, la sexualidad es importante para mi... es una faceta de mi vida que me costó sacrificio, sudor y lágrimas poder equilibrar de manera de salir bien librada.

La incansable e interminable energía de la que soy capaz me da un talante de trabajo interminable, eso me hace intensa, me califica como anormal. Pero como la sexualidad no es lo único que me caracteriza como persona... y me caen mal los hombres que suponen más de lo debido y me colocan etiquetas restringentes... Pero regresando al punto... soy capaz de una energía que por lo general, logro canalizar a través de la escritura y el estudio intenso de todo aquel tema que me interesa.

¿Recuerdan al monge protagonista de "El nombre de la Rosa"? Si,  Guillermo de Baskerville... a pues, esa soy yo en versión masculina medieval... No descansa hasta resolver algo, intenta salvar tantos libros se le es posible ante un fiero incendio, cuida a su alumno con amor filial y se remite a las pruebas científicas e intelectuales de cuestiones teológicas y filosóficas.

¿Recuerdan a la Gatúbela? Exactillo así soy... bueno, no del todo, ya quisiera yo parecerme a la Michelle Pfeiffer... jajaja, sino me refiero a la dualidad que la atañe... ser mala, muuuy mala, sin dejar de ser (muy en el fondo) muy buena.

¿Recuerdan a la Merlina? Jajajaja... hasta a mi me da risa... pero si.. así soy... cuasi-homicida... irónica y dice mi hermana que si me hago trenzas me viera igualita.

¿Recuerdan a la Daria... ? Debo de dejar de ver tele... jajaja...

El asunto es que  soy escorpión, sus consecuencias han sido golpeadoras en su momento, pero ahora ya llevo el asunto con elegancia, en un interminable trabajo de crecimiento personal he logrado asumir mi personalidad y con el tiempo las negaciones han sido superadas.

Me falta mucho, por ejemplo descifrar qué puercas implica que Saturno estuviera en la casa 7 en Leo a la hora de nacer... o que el hermoso Stellium en la casa 9 en Escopión indica lo que tengo que terminar para que mi vida se plena.

Las estrellas me han configurado... "inclinan pero no obligan" dice la enigmática Myrna y a mi me han inclinado a esta forma de vida que cada vez, es más clara.

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