sábado, 30 de octubre de 2010

A la 1:36

estoy sola en la inmensidad de este universo cibernetico,
te sé en otro lugar, cómodo y apacible
mientras yo me deshago de todo el adorno diario:
los aritos, la arrogancia y me suelto el cabello.

Desmaquillo a la entusiasta que no soy
y me doy permiso de escuchar tristes canciones de amor.
Soy débil,
solo me queda respirar el frío instalado en el patio de la casa.

A la 1:36
estoy sola como siempre
y empiezo a hurgar con cuidado
cada recuerdo para encontrarte en el mejor de ellos.
Me empodero también de la infamia de tus palabras
para quererte un poco menos y verte como el ser humano
vil y rastrero que quisiera que fueras.

A la 1:36
estalla mi paciencia
y las lágrimas se vuelven piedra
ya no quiero más palabras vacías,
ni visitas de las fantasiosas mujeres que no soy.

A la 1:36
sigo sola
y es el mejor momento para empezar
a esperar a la madrugada que se acerca galopando
con  su silencio y su amnesia momentánea.

A la 1:36 solo me queda
decirte "buenas noches"

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