jueves, 7 de octubre de 2010

La tan consabida búsqueda de la calma

Resulta que la conectividad es una gran cosa.

Mientras me aburría como un seto y veía pasar frente a mi a una parvada de niños y niñas vestidos de blanco se me ocurrió que al fin es factible decir que estoy en calma.

No me había percatado, pero fuera de estar viéndome el ombligo cuando no estoy leyendo o dando clases, estoy en una relativa paz.

Muchas cosas se están gestando, a lo mejor solo la mitad se concreten y a estas alturas del partido, ni siquiera estoy muy segura cuáles conformarán esa mitad, pero lo importante es que no estoy en estado estático, todo fluye, todo se mueve (no importa si en forma de torbellino).

Puedo despertar en medio de una ciudad fría, almorzar en medio de una montaña y ver el atardecer en la terraza de un hotel colonial rodeada de autoridades intelectuales/espirituales... ufff... esta vida me lleva ajetreada. No me quejo, me parece curioso.

La gente pasa a mi lado y las que logran verme, me ven con curiosidad, no solo ahorita que habito en este lobby de hotel, me refiero... siempre. A lo mejor tiene razón Iba Pasando, soy demasiado "alma gitana" para el gusto del resto de personas.

Om Shanti

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