sábado, 16 de octubre de 2010

Soy como cualquier otra persona

No soy en ninguna manera excepcional. Soy simple y llana... también soy complicada y accidentada. Huyo y me quedo a la misma vez, amo sin reveses y trato de ser incondicional. A veces lo logro, a veces no.

"Pareces del montón" dijo alguien ayer. Es cierto.

El "montón" de gente tenemos malos días, malas rachas y malos humores, miedos y reservas. A mi me pesan los miedos y el mal humor. En cuanto a los malos días, tratado de combatirlos, pero ayer fue en especial muy malo: quedarme varada sola a media carretera en un país desconocido, soportar el maldito dolor que inició cuando tenía siete años, el frío y la lluvia sobre mi y culminar con un pleito tonto fue la cereza del sorbete.

No puedo evitarlo, soy como cualquier otra mujer y me alegra serlo en alguna medida, aunque a veces no comparto ni entiendo a algunas de mis congéneres, tampoco es que quiera entender o compartir con ellas, pero si... algunos días del mes soy bayunca, otros días soy la mejor hija, la mejor mujer, la mejor persona que ha llegado a la vida de otros, otros días simplemente soy muy mala (hija, hermana, mujer y persona), soy ácida y pedante. Como dijo Sheldon: "I don`t care".

Pienso que estoy cansada, cansada que traten de cambiarme: que si digo "hola", que si pongo una carita feliz al inicio de un chat (porque eso quiere decir que me alegra ver que la otra persona está conectada), que si quiero vivir sola, que si no quiero casarme, que si no pienso tener hijo (es que "ush... ya estás llegando a una edad de riesgo"), que por qué estudiaste eso y no aquello, que por qué no regresas, que por qué te fuiste, "es que te deberías de esforzar un poquito para ser una mujer como las demás", que por qué no te medicas... que por qué no maduras.

Resulta que estoy cansada de todo eso, porque a todas esas personas que pretenden que cambie (en lo poco o en lo mucho), les he respetado sus libertades y nunca les he pedido que se cambien pero ni la camisa, ni las actitudes, ni nada.

Tener relaciones interpersonales es un riesgo para mi, casi siempre salgo verguiada... ni modo, es el riesgo que afronto cuando decido acercarme. Y creo... no sé... me da la impresión... que esta vez me acerqué demasiado, tanto... que por poco terminé siendo la persona llorosa  y dunda que siempre he evitado ser.



Hoy sobrevivo apenas a mi suerte
lejano de mi estrella
de mi gente
el trance me ha mostrado otra lección
el mundo propio siempre es el mejor

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes, comence a leer tu blog por casualidad combinada con curiosodad... hace un par de días comente tu publicación de la canción Defying Gravity... Pero bueno, si te hago este comentario es porque poco a poco me he dado cuenta que quiza tu y yo tenemos varias cosas en común... he visto tu forma de escribir (la cual me parece muy interesante) y las cosas que escribes... como expresas tus sentimientos... como muchas veces la gente intenta que cambies... yo soy quiza un poco como tu... soy una mujer fuera de lo normal, en que sentido? en el que no actuo como los demás quisieran que lo hiciera... no me llevo con gente de mi edad, no tengo las mismas ilusiones y fantasías que las mujeres convencionales... mis aspiraciones son otras... la gente tiende a tacharme de egoista y antisocial solo por preocuparme por mi y luchar por lo que quiero... la gente me señala como aburrida pero ni siquiera se acercan a mi para conocerme tal cual soy... te cuento todo esto para que veas que hay alguien que aunque tu no conozcas de cierta forma entiende lo que escribes. Realmente me gustaria mantener una conversación contigo... talvez algún día se pueda... Mientras tanto, seguiré pendiente de tu blog. Que tengas un feliz día!

KR dijo...

Gracias estimada anónima, quizá me encontraste en este inmenso universo justo cuando mi cerebro está mas distorcionado que de costumbre, pero agradezco mucho tus palabras.

Creo que el problema no es si somos mujeres raras o no, si somos del "montón" o no, sino la manera en que nos miran y nos perciben las otras personas. También me he ganado calificativos despreciables, como egoísta... impresonal o antisoial... y casi siempre me resbalan dichos calificativos, pero cuando vienen de las pocas personas que de verdad quiero pues... no resbalan tanto...
Sus palabras, en este domingo parco y lleno de trabajo, me han espantado la sensación de sentirme muy sola.
Ya sabe... esta es su casa, visítela todo lo que quiera.

Anónimo dijo...

Me alegra que mis palabras hayan sido como un balsamo que curo esa sensación de soledad que la acompañaba...
Que tengas una feliz noche! Nos seguimos leyendo...