A cada rato me quedan llamadas perdidas, no sé por qué nunca me termino de acostumbrar el oído al sonido del celular, así varias personas terminan reclamando mi atención cuando me logran contactar... "te estuve llamando"... dicen ostentosos algunos... "te dejé un mensaje, lo oíste?"... cuestionan los inseguros... "¿Por qué nunca contestas?... reclaman los sulfurosos.
La mayoría de veces veo las llamadas perdidas y por varias razones (en especial la ausencia de saldo) me impiden el corresponder dichas llamadas.
Pero hoy encontré dos llamadas de Myrna, mi amiga y maestra... y no sé qué se conectó en mi inmediatamente, sentí como si estuvieran a punto de darme una mala noticia y mi intuición no me falló de nuevo.
Me quedé con el celular en la mano porque supe que llamaría de nuevo. Llamó... su mamá está grave en un hospital y ella que es un ser tan ecuánime, centrado y equilibrado... seguía así, pero en el fondo del tono de su voz había como un arrastre de pena.
Myrna siempre me hace pensar, creo que es su misión en mi vida.. hacerme pensar, en toda circunstancia, lugar y tiempo... me hace pensar y esta noche mi pensamiento se va volando hasta donde está ella, en un hospital, junto a una cama que pronto estará vacía.
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