Es mi amigo.
Lo conocí hace tantos años que dejamos de contarlos porque a él le parece que la vejez se le acerca cada vez más... yo lo quiero mucho a pesar de ser tan polares (y no de esos osos) sino que compartimos casi ninguna similitud más que la arrogancia perica y la mala maña de sentirnos superiores. Mala maña.
Hoy llega a los 32 este hombre-niño, siempre nos desaparecemos por temporadas, pero cuando nos encontramos es una magnífica oportunidad para la plática recopilatoria e histórica.
Nada menos hoy nos dimos cuenta de algo... por más que pareciera que cambiamos, que pasa mucho tiempo sin vernos, que nos hacen ca-ca... ca-ca-cachitos el corazón...que encontramos a otras personas que prometen corregirnos el modo (porque él fue el primero en decir que qué feo tengo el modo)... que pareciera que mutamos en otros, siempre seguimos siendo los mismos dos niños que jugaban juntos dentro de un círculo escolar, una callada, el otro tímido... una desfachatada, el otro nerd.... una bohemia, el otro conservador.
Es de esos hombres que siempre han estado y creo que sigue estando ahí porque en realidad nunca se va.
Feliz cumpleaños Ingeniero Orellana!
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