A ratos me río, al siguiente me encabrono titánicamente por mierditas y termino con el bocado a media garganta, con la sensación de que todo, incluyendo el pinche tiempo que pasa tan rápido, vale pero ni lo que vale el suspiro de un colibrí.
Me molesta ver violencia y soy violenta. Me encabronan las incoherencias y yo misma soy la personificación de la incoherencia.
Detesto al amor y lo extraño tanto... me cae mal la primavera, como decía Roque Dalton, y la espero tanto porque es peor vivir en el frío aterrador de la indiferencia.
Y quiero estar encerrada, no quiero salir, no me gusta la gente, me caen mal los niños chillones y los traviesos, dice mi mamá que para que un niño me agrade o tiene que ser Sebastian o parecer un miniadulto...
Odio que me hablen los desconocidos mientras ingiero mis alimentos, o que me digan "quiere fuego, preciosa?" si ven que amago con sacar un cigarro. Detesto que me pregunten direcciones en esta ciudad que no es la mía, me deja la sensación de sentirme MAS perdida de lo que en realidad estoy.
Quiero traspolarme... desprenderme del cuerpo que tanto frío siente, cerrar los oídos a los ruidos que odio, despoblar mis miedos y mandar al carajo a mi propio mal humor. Pero no puedo... y me frustran las limitaciones humanas. Que feo es ser limitada. Que feo es no poder verlo, ni tocarlo... ni besarlo para espantarme este encabronado mal humor.
3 comentarios:
Después de tantos post con entre líneas y de amor-odio tras el telón, tengo una reverenda confusión sobre si el partir al viaje significó también romper con el don.
entre otras cosas... también... :(
Las limitaciones son inventos de uno mismo. Por eso son en todos diferentes.
Fuerza y cree en que podrás y podrás!
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