martes, 15 de enero de 2013

Encontrar

"El que busca encuentra" repite cuantas veces puede mi mamá. Mi naturaleza escéptica no ha querido creerle del todo, porque resulta que yo ando buscando respuestas desde hace tiempitos y no las he encontrado. ¬¬

Dejé de buscar exhaustivamente a mitad de los años veintes. Es decir, las respuestas a las preguntas más personales, porque sentía que clavarme en algunas cosas no era bueno, así que dejé que las respuestas llegaran cuando quisieran. Al fin y al cabo, cuando una tiene veintitantos tiene ese tremendo derecho, esperar a que las dudas se despejen por sí mismas.

Ahora que he llegado a la mitad de los años treintas, algunas dudas han regresado de sus vacaciones, se me quedan viendo muy serias cuando les abro la puerta de mi mente y mi corazón y no las invito a pasar, descortés las dejo en la puerta mientras busco la forma de no palidecer ante ellas.

"Ya no tenes edad para eso" me dijo el domingo Miguel, cuando el conté una de las varias dudas o inquietudes que me han venido en los últimos días. Por supuesto que lo sé. Ya no tengo edad para varias cosas, no solo para eso, pero a la naturaleza no le interesa y cruza una imagen por mi mente de repente y esa imagen es la que se queda en mis ojos.

Anoche, en medio de una película que me hizo llorar y una llamada de Lelouthan tan extraña, porque me llamó solo para saber si no me había sucedido "nada extraordinariamente bueno", pensé que hay cosas que nunca encontraré y que por breves momentos, serán una especie de luto predicho, pero luego recordé todo lo que aún me falta encontrar, esas cosas que no busco, las cosas que igual me hacen bien, esas que encuentro casi por accidente.

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