lunes, 28 de enero de 2013

Tal vez

Estos días han sido de vorágine, lucho por tener una vida laboral estable y estabilidad personal: retomar la lectura, hacer tiempo para salir y divertirme, platicar con mis hermanas... llamar por teléfono a mi familia y a Miguel al menos una vez al día, al menos unos breves minutos, hacer planes que nada tienen que ver con lo laboral.

En medio de todo esto, que es lo más normal del mundo, choco con mi madre.

El sábado, mientras cerrábamos con una actividad grande el proyecto, me llamó para reclamarme mi falta de tiempo, mi incapacidad para atender sus necesidades, mi ingratitud de olvidarla. No se imaginan lo "pesado" que me resulta escuchar todos esos reclamos. Como cereza del pastel, perdí los estribos y le dije que no tenía tiempo en ese momento, que soy una adulta con obligaciones, que ella no comprendía y le dije que cuando tuviera chance le hablaría de nuevo... colgué. Soy una mala hija!

Siempre me he preguntado en qué momento de la vida es que ella y yo dejamos de ser aquella pareja amorosa madre-hija que nos muestran las fotografías cuando tenía 1, 2, 3... 5 años. ¿qué hizo que yo me perdiera? ¿qué generó este conflicto eterno armamentista? ¿por qué no logra entender que no le pertenezco? ¿por qué no logro entender que siempre seré suya?

El domingo llegó con otras luces, en medio de buscar otros horizontes, sucedió que me di cuenta de mi propia fragilidad y cuando salí de una reunión, cansada y sola, tratando de respirar hondamente para calmar la mente, de repente estaba ahí, en una de las esquinas de Suchitoto, estaba con Sebastian, sentados esperándome. No sabían donde estaba yo, solo sabían que me enfrento a la vida desde otra batalla... y que además venían a traer a mi hermana y sus amigos que habían venido a trabajar el sábado conmigo.

No recuerdo desde cuándo no me alegraba tanto verla. Es decir... siempre me alegra, pero no como ayer.

No me dijo nada de lo conversado una noche antes, no dijo nada y yo tampoco lo hice, en cambio... fuimos al mercado, compramos alimentos y  nos fuimos a mi casa a cocinar, le conté lo que me acontece, escuché su consejo y la vi pelar pepinos mientras  yo cocinaba la carne y el arroz que tanto le gustan. Los demás existían fuera de la cocina, mi papá y Sebastian jugaban en la cochera, Gabriela y sus compañeros se repartían las tabulaciones, Lorena se dedicaba a curosear por toda la casa.

Lo he pensado en otras ocasiones, por esta maña estúpida de creerme "buena" en lo que hago no logro ver que hay cosas más importantes que un trabajo, supongo que es algo seguiré aprendiendo en cada día. 

Estoy muy segura, que habrá otro momento en el que me vuelva a reclamar, en el que vuelva a decirme que siente que no me importa, sé que habrá otro momento en el que pierda la paciencia y le diga alguna barbaridad, pero también estoy segura que habrá otro almuerzo, donde se congregue no solo la tribu, sino que se unirán otras personas que son importantes para todos. 

Estoy muy segura que la vida nos proporcionará más felicidad y más molestias... pero cuando sea el momento, estoy muy segura... no habrá dolor incurable ante nuestras ausencias. Segura estoy, que a pesar de sentirme tan distinta a esta mujer, soy un poco de ella en mis decisiones, en mi forma de vivir, en mi manera de amar.

Yo sigo acá, enfrascada en un informe y ella está en su trabajo, ayudando a los cardíacos que se le cruzan por el camino.


Tal vez el mundo no sea tan grande
como uno suele siempre imaginar
quise encontrarme a mí
y me crucé con el dolor
con la locura de cantar
todos los días.

Tal vez el río no tenga salida
y los recuerdos se ahoguen en el mar
quise encontrarme a mí
cansado y solo en un hotel
perdido como el que no ve
lo que es mentira.

Pero hoy, tan solo hoy
yo me enfrento a la vida
curando heridas
hoy, tan solo hoy
yo perdí de mi vida
lo mejor que tenía

Y sé, me dijo al partir,
estoy muy segura
nos volveremos a ver,
y guardé su voz de papel
su olor en mi piel...

Tal vez el cielo no sea tan claro
como no es claro lastimarse así
quise encontrarme a mí
y me tope con la razón
con ganas de sentir que hoy es otro día.

Pero hoy
tan solo hoy
yo me enfrento a la vida
curando heridas
hoy, tan solo hoy
perdí de mi vida
lo mejor que tenía
y sé, me dijo al partir
estoy muy segura,
nos volveremos a ver
y guardé
su voz de papel
su olor en mi piel...




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