El sobrinete está grande, lo encuentro más larguirucho a mi regreso y ha llenado más la ropa... señales claras de bienestar.
Ayer fuimos de paseo, él nos acompañó... tomamos muchas fotografías, pero al no tener una manera de sacarlas del celular, pues ahí están... solo para que yo las pueda ver... en el instante en el que esta domando un fiero caballo de madera.
Mi mamá insiste en que es una pequeña y masculina réplica mía, la verdad no le deseo ese mal a este niño, ser como soy yo a veces no es bueno... es digamos... contraproducente... bravo y demasiado emocional... ay no... otro más así en la familia y nos extinguimos.
Por suerte logro (en mi negación del asunto) encontrar gestos, palabras y actitudes que no son mías... son más una combinación extraña de mis otras dos hermanas. :S... total nunca se le da gusto al cliente...
Esta mañana se sorprendió de encontrarme en casa, también él se había hecho a la costumbre de ya no verme aquí, que cuando me ve... se alegra... se vino a acostar conmigo a la cama y hemos pasado empijamados hasta que el calor nos expulsó de la cama.
"Tía... quiedo un muffin" Este niño sabe decir (a veces) lo adecuado en el momento adecuado... espero que no pierda esa facultad con el paso del tiempo...
Ya con el muffin en mano... me dice... "mmm... amo los muffin" e instantáneamente me recordé a los cinco años, cuando le pedía "panquecitos" a mi papá porque los amaba.
El tiempo no es tan cabrón después de todo, siempre trae algo bueno.
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