miércoles, 9 de enero de 2013

Escribir sobre violencia

Me encanta investigar, escribir y buscar razones y justificaciones a todo esta pila de gráficas nacidas de unas encuestas. Analizar toda esta información con Abigael y Nelson se ha vuelto un ejercicio mental enriquecedor. Temas como discriminación de género, violencia intrafamiliar, oportunidades laborales, índices de niveles académicos, perfil de los jóvenes beneficiarios de estos que nos rodean con sus rostros específicos, con sus sacos de frijol, con sus caminatas de más de una hora para venir a las clases, la realidad palpable y concreta de una persona que va más allá de ser un cipote sin nada que hacer. 

Pero en medio de todo esto... hablar, leer e investigar sobre la violencia, sus causas, sus consecuencias, su forma desgarradora de matar antes de matar... de arrebatarle el futuro a un cipote con habilidades, con expectativas, con días mejores.... todo eso, al menos a mí, me desgasta.

El domingo estábamos viendo una película de acción, mi acompañante dijo "vos no hubieras podido ser de la Polícía de Hacienda" cuando vio que me descompuse al ver una escena de tortura. Es cierto, soy de tripas débiles, distinto es el instinto de defensa ante el peligro. Ya me ha tocado defenderme y aunque físicamente soy vulnerable, creo que logro defender mi vida decentemente, señal de eso es que ante hechos de violencia he podido salir ilesa. 

Hablar de violencia es tan distinto a vivirla. Ni mis compañeros, ni yo estamos en situación de riesgo, pasamos sentados tras un escritorio, reconozco que somos potenciales "víctimas" de violencia social, como el resto de la población de este país. 

En medio de datos, de discusiones, de reuniones, de encuestas, papeles y sueños horribles que tengo en las madrugadas... pienso en mi gente, los que me rodean y los que están en San Salvador, pienso en mi sobrino, pienso en unos cipotes que deberían tener acceso a irse a estudiar fuera del país, pienso en mis alumnos, en los niños del taller de ilustración y las niñas de ballet... pienso. 

Esta mañana le conté a Nelson, tengo tres noches de tener pesadillas: violaciones, asesinatos, sangre y visceras. Me da miedo contarle estos sueños a cualquier persona. Mi cerebro me está diciendo que no puedo procesar la violencia o que simplemente, el miedo se traslada del papel a mi corazón.

"Cuando se lee poco, se dispara mucho"


2 comentarios:

iba pasando dijo...

El solo hecho de mencionar la PH me calienta la cabeza.. Y yo si sería capaz de torturar pero del otro lado

KR dijo...

u_u

No sé, tal vez si estoy muy enojada podría pensar en la tortura como forma válida de trato a ciertas personas, es decir, soy demasiado visceral.