lunes, 8 de noviembre de 2010

Cura para el frío

Aquí la temperatura está a rondando los 3 grados centígrados, desde que aterricé de nuevo he estado temblando tal cual gelatina... en la ciudad está un "poquito" más alta la temperatura... digamos entre los 5 a 10 grados centígrados... No lo soporto.

Platicando con alguien del terruño bendito me dijo que el frío provoca pérdida de dedos de manos y pies, además de otros artículos de primera necesidad para la sobrevivencia... :S

Emilia se asustó cuando le informé del frío que me atañe... para ella y para mi, el tema del frío inquiere otras dimensiones no solo corporales, "Abrigate! si te quedas sin dedos cómo vas a escribir???" :S Creo que enloquecería (mas).

Pensando en los millones de personas que viven tan cómodamente en zonas más heladas que esta región... y recordando lo que me contó mi tía Evelyn la semana pasada, donde en zonas muy  muy nortes la mara va a la playa y se mete al mar casi congelado... me hizo pensar que el combate del frío es nada más cuestión (como con otras cosas) de "agarrar al toro por los cuernos" como dice mi mamá. Y como soy una radical... pues tomé una decisión concreta... a la mierda frío.

A eso de las 7 p.m. cuando todo empieza a ser más oscuro, más frío y solitario en medio de esta montaña... decidí salir de mi cuarto y divagar un rato por los patios de esta edificación... sin sueter.

Que frío más perro!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Temblé incontrolablemente como dos minutos, estuve a punto de correr de regreso a la casa... pero le hice ovarios... me quedé bajo el cielo estrellado... por andar de huidiza, he estado más de un mes por estos rumbos y nunca me había tomado el tiempo de apreciar el cielo estrellado. HERMOSO.... HER-MO-SO!

Vi tantas estrellas, son increíblemente bellas, todas estaban ahí... Orión con su cinturón... vi a Tauro... recordé a todos los toros que son mis polos opuestos... son tantos!... vi a Casiopea y su mistisismo privado conmigo... las Pleyades... todas... todas... fue tan hermoso...

De repente me di cuenta... ya no estaba temblando, tenía frío, pero ya no tanto, era soportable y hasta lo sentí rico... caminé al rededor de una media hora bajo el cielo nocturno... las montañas eran solo siluetas más remarcadas en su negrura, distintas al cielo solo porque no tenían brillos en ellas. Me he estado perdiendo de cosas bellas solo por estar resguardada.

El frío se ha ido... regresé a mi cuarto y no ha habido necesidad de ponerme sueter... el viento sigue azotando, "ulua" como diría Emilia... pero ahora en vez de darme miedo, de darme pavor y de hacerme temblar... ahora me arrulla y estoy satisfecha de haberle hecho frente... ojalá que pueda hacerle frente a tantas otras cosas más que aún me hacen temblar...
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PD. Sé que el corazón solo sirve para bombear sangre... pero fue inevitable "sentir" algo en él mientras me maravillaba con tanta amplitud de la vida.