jueves, 26 de febrero de 2009

Despedida

Un día moriré, no cabe duda.
Marcharé con mis trapos a otra parte.
Un soneto tal vez fechado en Marte,
Dirá que estuve: fui poesía cruda.
(Jaime Suárez Q.)

Inicia mi oración
murmurada entre el silencio de tu piel,
chocando con la oscuridad de tus ojos.

¿Me escuchas?
No, tus albos oídos no dejan entrar a mi voz
entonces, ¿para que llamarte?
¿para qué mencionar tu nombre despacio?

Dime:
¿Qué sientes al respirar?
¿qué te hace estar vivo?
¿qué te dicen tus dedos al tocarme?

Yo te diré:
Muero de dolor
dolor de rejas,
dolor de exequias,
dolor de apuestas ajenas...
pero eso es lo de menos.

Dime:
"Levantate, camina
y no regreses más"

No hay comentarios: