domingo, 1 de febrero de 2009

Rosa, Chepe y Nata...

Ellos son los García, no, no son los tres Garcías de Pedro Infante en el México de los años 50... son los visitantes de mi hogar.
Ayer llegaron, hoy se fueron... así son ellos. En su natal Metalío nos dan posada a mi familia y a mí en las vacaciones... llegar ahí es decirle adios a todo en este mundo. En las lomas de su propiedad Gabriela (y ahora Sebastian) se han pelado las rodillas persiguiendo pollos, cerditos y más de alguna vaca.
Yo llego y me posesiono de una hamaca en el fresco corredor... ahí he pasado un par de temblores, una tormenta tropical, horas de sueño y lectura. Amo ir ahí, rodeada de niños, niñas y animales de granja. Me gusta su hora fresca entre las 5 y 6 de la tarde y ver ocultarse el sol atrás de los palos de jocote, de mango y los platanares.
Pero ahora, ellos son los que han venido. Nos traen varios pedazos de su hogar: un par de gallinas indias, platanos, mangos verdes (yumi, yumi!). Ayer cuando ellos iban llegando, yo iba saliendo... regresé hasta en la noche y solo nos dio el ánimo para charlar un ratito y luego ver una película. Luego yo caí redonda en la colchoneta donde me tocó pasar la noche.
Rosa es de mi edad, tiene dos hijos ya: Orlando (10 años) y Natanael (4 años), en esta ocasión Orlando se quedó para darle de comer a los cuches y Natanael rompió a llorar a eso de las 6 p.m. cuando le dijeron que no regresarían a casa sino hasta ahora. Sebastian se encargó de calmarle el llanto a punta de juguetes y de cantar las canciones de "Alvin y las Ardillitas". Chepe, el papá/esposo tiene cuarentaytantos, nunca le he logrado atinar a la edad. Es un hombre acostumbrado a la labranza y de vez en cuando "hace" casas, según sus propias palabras.
Esta familia nos da tanto, no solo hospitalidad y amistad, han estado en buenas y malas con nosotros... recuerdo que cuando estuve enferma (de las muchas veces) Chepe hizo el viaje desde allá (cuando se enteró) para traerme una botella de vino "de junco", para "reponer el ánima" según dijo. Se lo agradecí. El mentado vino nos "repuso el ánimo" a todos en una noche.
Este finde, luego de una semana "rara" ellos nos repusieron el ánimo a todos. Ellos son mejor que cualquier vino.

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