Es Vinicio, su apellido es Castro y anda por ahí en el mundo... no sé donde exactamente. Hoy es su cumpleaños número treinta y uno.
Conocí a Vinicio cuando estabamos en octavo grado, él era nuevo en el colegio y tocaba en mi sección. Ya lo había visto pululando los primeros días de clases...
Un día iba ya para la casa a la hora de la salida y caminaba por el parqueo de la 25 av. cuando escuché que un muchacho gritaba un nombre: "Claudia!", "Claudia!", "Claudia!"... miré sobre el hombro, lo ví y lo reconcocí... me estaba llamando a mí... dejé que me alcanzara y le dije: "No me llamo Claudia, me llamo Karla..."
De ahí para acá no hubo regreso, fue mi mejor amigo... compartimos horas de clases, de recreo, de partidos de basquetboll, me enseñó a encestar "de tres", me iba a hacer barra en los partidos y yo iba a los partidos de él... nos acompañabamos en nuestros enamoramientos... nos colgabamos del teléfono toda la mañana y seguiamos hablando en el colegio por las tardes, recuerdo que cuando inauguraron el primer Wendy's en el país, el que está sobre el boulevard de los Héroes nos escapabamos del colegio ir a comprar papitas fritas...
No puedo negar que mi caotica adolescencia, plagada de un vocabulario soez y grosero, pelada por la creación de cuentos y poemas que nunca publicaré, la llegada él y de otros a nuestro grupo de amigos fue lo que necesitaba mi corazón, grupo que hizo de mi vida una maravilla en aquellos días. Grupo que aún hoy que somos tan distantes (en distancia y en profesiones) está presente cuando nos necesitamos.
Feliz Cumpleaños Viny, no te me pongas bravo... avisame cuando vengas a este paisito y nos echamos un vinito. Un gran abrazo.
Y como regalito, estas cancioncitas que cantamos (no me acuerdo cuántas veces) en aquellos días...
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